martes, 6 de febrero de 2007

Fon Román. Teatro de Diputación, Málaga. 6.2.2007


FON ROMÁN




"El legado eléctrico de
Los Piratas"

Málaga. Teatro de Diputación. 6.2.2007.

Sin duda ha sorprendido el ex guitarrista de la emblemática banda Los Piratas en su primera actuación en Málaga, donde algo más de doscientas cincuenta personas acudieron al Centro Cultural Provincial previa entrada (limitada) en mano. El pequeño teatro fue el refugio perfecto para la presentación del primer trabajo en solitario de Fon Román, un repertorio íntimo, personal y, sobre todo, muy eléctrico.


‘Silencio cómodo en un jardín descuidado’ sonó puntual, aunque sí que pareció hacer honor al descuido por los problemas de sonido que aparecieron durante algunos arreglos. Gajes del oficio de los debutantes que no enturbiaron un directo muy conseguido, en el que las guitarras se dejaban llevar a través de los paisajes oníricos que Fon dirigía a través de sus pedales. Ya sí que no tenemos dudas de que la parte electrónica de Los Piratas nace aquí y que el relevo está más que tomado por una voz que no entendemos cómo ha pasado desapercibida durante tanto tiempo para el pop español. Su disco debut salió al mercado en septiembre del pasado año, prácticamente a la vez que el segundo trabajo de su ex compañero Iván Ferreiro, y poco después llegaron las comparaciones en las que Iván sale perdiendo por goleada. Se le acusa de poco provocador e innovador en sus propuestas a la hora de moldear el sonido y, sobre todo, de no saber contarnos las historias con la misma ingenuidad que el ex guitarra de la banda. Y es que el segundo disco del ex cantante ha decepcionado con creces, mientras que el del ex guitarra ha sido escogido como uno de los mejores y más frescos trabajos del panorama del pop-rock español.

Durante la actuación, Fon demostró que, más tímido pero mucho más arriesgado, se deja llevar por un torrente eléctrico y se permite el lujo de balancearse en un nuevo sonido. Un director de orquesta transgresor que se atreve con varios micros, pedales, ordenadores y teclados, pero que sabe otorgarle el protagonismo justo y pertinente a las guitarras y reconoce cuándo hay que dejar paso a una percusión desaforada. Su directo me recordó a las actuaciones de Dominique A. Coinciden en que a ninguno de los dos parece importarle el hecho de enfrentarse a una multifuncional puesta en escena, no se muestran temerosos cuando deben hacer uso de los arreglos, ni dudan en probar diferentes variaciones musicales, ni son pudorosos cuando ellos mismos se hacen los coros o se sirven de acompañamiento. Y ambos consiguen salir más que airosos del reto.

Consigue retorcerse en la melodía de ‘Colegio vacío’ llegando a evocar a Maga en algunos momentos, nos columpia entre sueños al más puro estilo Radiohead con ‘Lento’, discurre suave con ‘El idiota’ y llega a desgarrarse en ‘Valiente’, mostrando únicamente un duelo de guitarras y arreglos. Se encuentra tan a gusto entre sus artilugios que nos pilla por sorpresa que salga a escena únicamente armado con un casiotono de nuestra más remota infancia. Su objetivo no es otro que sacarnos a bailar a su jardín al ritmo de ‘Decidir’, un atípico vals cantado a dúo con Zahara. Y lo consigue.

Sólo se le podría reprochar que faltase repertorio, porque nos quedamos con ganas de más. Sonaron prácticamente todas las canciones de su álbum debut y una canción de Trash of dreams, banda que en algunos momentos puede llegar a recordar a Kraftwerk y que formó junto a Suso Sáiz al iniciar su andadura musical como ex pirata. Pero no hubo más remedio que echar mano de algunos temas de la banda gallega para el cierre que, para qué negarlo, los nostálgicos necesitábamos oír. Se coló ‘Respuestas’ entre repiqueteos de palmas y casi al final apareció ‘Filofobia’ que nos introdujo en los bises, protagonizados en exclusiva por el tema ‘Hoy por ayer’, que puso el cierre a la actuación después de obligar a la banda a regresar al escenario a base de pataleos.

Una hora. Fon Román no necesitó más para demostrarnos que no hace falta ser un pirata para abordar un teatro con éxito. Aunque aún quede rastro de haber llevado un parche en el ojo, su sonido es limpio, directo, sincero, prácticamente nuevo, y no sería justo remitirnos al pasado en busca de comparaciones melancólicas. Puede que su repertorio haya tomado las riendas, más maduras, de la parte electrónica de lo que fueron Los Piratas. Dice Fon que, a veces, es mejor no intentar encontrar respuestas y que el silencio es bueno, por eso probablemente apareció sobre el escenario con una camiseta que mostraba unos puntos suspensivos. Sea como sea, el caso es que para los que estábamos allí plantearnos la cuestión era, irónicamente, inevitable.

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